13.7.11

Un mar de olas de aceptación y otro de miedo.

El caso es que no sé po dónde comenzar en realidad... Casi que en Diciembre comencé a tener problemas con el pie derecho, no me respondía bien, no me hormigueaba ni me dolía, y pasado unos segundo ya lo recuperaba y podía caminar con normalidad, con el tiempo siguió con la rodilla y la pierna en general. Mi trabajo es sedentario, no me machaco con nigún deporte, y pues el estrés es normal en mi vida día a día, como todo el mundo. Pensé en un prinicipio que todo había sido un cúmulo de estrés por encima de lo normal, y que ese era el desencadenante, pero ya cuando me evolucionó a toda la pierna, pues no me gustó. Decidí entonces, que era momento de consultarlo con la doctora, después de 3 meses, y que eso no cesaba. Primero me hicieron unas placas, se descartaron problemas de nervios, óseos, etc... y pues para el neurólogo.
Durante estos 4 meses y medios, el problema se acentuó más invadiendo el mismo problema en la mano derecha en conjunto con el pie derecho, no era capaz durante unos 40 segundos ni de coordinar algo tan mecánico como andar, o de teclear, y mucho menos escribir, que soy diestra, pérdida de fuerz en  esa área. Me vió el neurólogo y me hizo varias preguntas, es muy difícil intentar de describir la sesación que arranca en mí. Me indicó que parecí epilepsia, y que para confirmarla o descartarla tenía que hacerme algunas pruebas: un Encéfalograma y una Resonancia craneal.
Entre medias pasó el tiempo, ya en Mayo, y mi situación paso de ser  4 o 5 veces al día, a prácticamente a cada hora dos veces, incluso acostada al dormir... llegó el momento en el que pasé que igual en uno de esos momentos, me quedaría indefinidamente así, sin coordinar nada de mi lado derecho del cuerpo, el estrés que me creaba era casi insoportable, y ya el miedo no podía enmascararlo en las bromas difusas, ni disumalrlo... llegó el momento de no tacones, no poder ir sola ni a caminar por las tardes, de no poder conducir, y de romper de todo en casa porque se me caía de las manos, el no poderme ni ducharme, ni tender.... mi normalidad había llegado a su fin.

Retomé la situación de un día en que finalmente toqué suelo en esas semanas: tuve otra reacción alérgica, sin ton ni son, y al salir de pincharme de urgencias, me dió lo del mareo y el lado derecho... casi no era capaz ni de caminar, y mi novio tuvo que cojerme por debajo de los brazos y ayudarme a llegar el coche... llorando y sintiéndome la persona más miserable e incapaz de nada del mundo, llegué al fondo y me rebocé en mis propias penas.
Decidí al par de días, que ya era incapaz de disimular mi síntomas, que sólo me ocasionaba golpes y sentirme observada, pues había llegado al momento de aceptación: si me daba me paraba y ya... no hay nada que disimular, no puedo ya tener prisa, y si miran ¿qué? es lo que me toca. Soy de color azul ¿y qué?
Ya en el curro era evidente, me paralizaba en los achaques, y no era capaz ni de escribir, ni de hablar, y los mareos en esos instantes se acentuaban, quedándome blanca cómo el papel... ya lo comenté en el trabajo y que me estaba haciendo pruebas... que todo fuera natural y más fácil para mí, porque me generaba muchísima presión el enmascarar las síntomas contínuamente, y bueno esto es lo que hay.

Después de Junio a Julio he mejorado considerablemente, apenas una o dos veces al día, pero lo que sí que me siento es presión en la cabeza y presión en la boca del estómago, fácil de marearme hasta en el coche, y muy muy cansada.

Las pruebas me las hicieron, y pasamos a los resultados con el neurólogo, que fue otro quién los interpretó, el cual me indico que son 3 líneas que había que analizar: Epilepsia Parcial, Lesiones Desmielinizantes en varias partes del cerebro y un capilar con exceso de sangre en el lado derecho del cerebro.
Pues me han puesto nuevas pruebas: EEG con privación de sueño, RM con contraste y pruebas neurofísicas.

EEG con privación de sueño: ya me la han hecho y pues se confirma la Epilepsia Parcial, y necesito tratamiento, tenía cita con el neurólogo para el 20 de agosto y por lo que me dijo la especialista tengo que adelantarla de urgente para que me pongan tratamiento.

Aunque no consigo asimilar el diagnóstico inicial, ni el confirmado, realmente se me está haciendo difícil de masticar, no quiero darle importancia, pero evidentemente está ahi, no lo puedo ignorar y tengo miedo, mucho miedo.

La gente que se acuerda de mí y me pregunta, pues le quito hierro, y de risas le digo que seré una abuelita, y que tendré que llevar mi pastillero, pero que será un pastillero chulo, de colorines, que van a flipar...
Pero en mi misma, ya me siento vacía de bromas, desgastada de pintar todo para que sea más bonito y bueno estoy en un ratito para mí misma, y aprovecho estas lineas para vaciarme de la ansiedad, y poder decir que tengo 26 años, que soy joven para esto, que no será el fin del mundo, pero si que es un piedra más en mi camino, que no es fácil enfrentarse a una epilepsia, a que te categoricen que tipo de esclerosis tienes y si el capilar tiene ese caudal de nacimiento o fue ocasionado por un trombo... Ni quiero dar pena, ni falta que me hace que me digan lo que yo ya les digo a los demás: no si soy jóven, esto con dos pastillas al día va, y es bueno diagnosticarlo de forma temprana... pero este ratito es sólo un ratito de desdén para aliviarme, porque mi pareja se encuentra asustado con lo que nos dicen los especialistas, mi tía que es como mi madre adoptiva se le nota distante, su forma de llevar todo cuando no le gusta... y a los demás le adapto el colorín colorado...tengo miedo.

Gracias por dejarme soltar esto que me ahogaba.